La Cabrera hace acopio de memorias
Para la identidad de un medio rural con el leonés, sangrado por la emigración y el abandono institucional, las redes sociales se están revelando cada vez más como una herramienta de primer orden a la hora de hacer acopio y salvaguarda de memorias. Utilidad —cualquier persona puede colaborar, esté donde esté—, universalidad —llega a todas partes— y alta capacidad —casi no hay límite a la inclusión de imágenes— son sus armas imbatibles. Y así lo han visto los organizadores del Archivo de Fotografía y Documentación Histórica de Cabreira, que en un tiempo récord, y vía Facebook, han recopilado unos trescientos documentos relacionados con esta indómita comarca leonesa.
Uno de sus creadores, Xepe Valle, explica que el grupo se creó a principios de este año «a causa de la necesidad que un grupo de cabreireses vimos por recopilar todo aquel material que tuviera relación con la zona». «En este sentido incluimos fotografías antiguas, vídeo y audio, pero también mapas antiguos y todo tipo de documentación escrita, manuscritos, artículos, estudios o tesis, que llevamos acumulando personalmente durante más de 15 o 20 años y que ahora queremos compartir con todos, dándole acceso público», y continuó: «En un futuro lo ideal sería albergar el archivo en una página web, pero de momento este es el mejor medio de divulgación del que disponemos».
En cuanto a las joyas obtenidas, Valle recuerda que, en general, «son retratos familiares o escenas de trabajo agrícola de gran valor etnográfico. Si tuviera que elegir, destacaría una de Santa Eulalia de los años 40 en la que aparece una de las últimas representaciones de la danza de paloteo que se realizaba por San Antonio de Padua, con los danzantes, la Dama con su falda de lunares y el Gracioso, mal vestido y con un chucayu colgando de la cintura».
Otras revelan la importancia de los conceyos y de los trabajos comunales para estos pueblos, como muestra una facendeira de 1972, con los hombres espalando nieve para limpiar la pista que atravesaba el monte Carbayal, o el primer coche de línea que cambió radicalmente la movilidad de los cabreireses en los años 60. También hay imágenes del XIX como la del ilustre relojero de Iruela José Rodríguez Losada, obra del francés Antoine Claudet, y no faltan las míticas que tomara en 1964 el escritor berciano Ramón Carnicer para su libro-denuncia Donde las Hurdes se llaman Cabrera. «Todavía nos quedarían muchas por agregar, como las relacionadas con los guerrilleros antifranquistas y Manuel Girón Bazán, o los documentos gráficos que el filólogo alemán Fritz Krüger inmortalizó durante su visita a Cabreira en 1922», apostilla Valle, quien recuerda que son ya 270 las fotografías recogidas y unos 50 documentos, entre los que se cuentan el plano de la iglesia de La Baña, cartografía, artículos sobre arqueología, etnografía y arquitectura...
Pero junto a ellos también se desea ‘atropar’ vocabulario cabreirés, ese preciado leonés que aún hoy puede escucharse en las calles de la comarca. «Sí, hemos comenzado a elaborar una serie de fichas de palabras que pretendemos publicar semanalmente, con su definición y etimología. Es muy interesante comprobar cómo la mayoría de estas palabras, de las que no existen equivalentes en castellano, derivan directamente del latín, en su calidad de variante del asturleonés; no se trata, pues, de un dialecto del castellano». Y nos regala dos, a modo de ejemplo: Abrancare («sujetar con los brazos») y Allampare («dar llama, arder rápidamente»).