Ruta 5: Ruta del Castro Romano de Truchas
Un antiguo camino que parte de Truchas nos lleva hasta el Castro Romano y desde allí hacia Baíllo remontando el Río Eria entre prados y alisos. Se trata de una ruta fácil que nos muestra dos de las principales riquezas de la comarca, los paisajes fluviales y los restos arqueológicos.
Descripción de la ruta
La ruta comienza al norte de la localidad de Truchas, al pie de la carretera que parte hacia La Cuesta. El camino, bien definido, asciende por una ladera entre matorrales, alcanzando el lugar donde se encuentra el Castro de Truchas, identificado mediante un viejo cartel. Varios cientos de metros más adelante, hemos de abandonar este camino, que continua ladera arriba, para girar a la izquierda y proseguir por una senda ganadera, siguiendo las curvas de nivel.
Tras atravesar el pequeño arroyo de Valdey, conectaremos de nuevo con el camino seguido inicialmente, que nos aparece por la derecha, siguiendo por el mismo entre matorrales de escobas y carqueixas, pasando junto a la pequeña construcción de un depósito de agua.
El camino continua descendiendo hacia el encuentro con la carretera que une Truchas con Baillo, llegando al otro extremo de la ruta, muy cerca ya de esta última localidad.
Lo que no puedes perderte en esta ruta
Ya cerca del inicio de la ruta, al norte de Truchas, se sitúa el puente de Los Sapos, sobre el río Eria y probablemente de época romana. Merecen ser visitados otros lugares de la localidad, como su iglesia parroquial. En Truchas el Eria recibe las aguas de uno de sus principales afluentes en el municipio, el río Truchillas. Este rico paisaje fluvial es divisado durante el transcurso de la ruta, que recorre en altura un tramo del río Eria. Al poco de comenzar la ruta ascendente llegaremos al entorno, invadido por la vegetación, en el que se sitúa el Castro de Truchas, que fue uno de los asentamientos romanos vinculados a la dominación de esta cultura en la zona y contribuyó a la organización de la explotación de oro que se desarrolló en la comarca.
La ruta atraviesa las laderas, profusamente ocupadas por matorrales, que se asoman al río Eria. Las escobas y las carqueixas ofrecen cierta monotonía a los terrenos atravesados, sólo rota por los sotos de algún pequeño arroyo que desciende hacia el fondo del valle. Pero las panorámicas sobre un amplio territorio del municipio permiten descubrir la belleza de estos paisajes encerrados entre las cuerdas montañosas de la Sierra de El Teleno y la Sierra de La Cabrera, cobrando protagonismo el escarpe rocoso en el que se sitúa el Castillo de Valdavido, casi siempre presente en las vistas.
Tras recorrer la senda jalonada por el mosaico de pastizales muy invadidos por matorral, comenzaremos a descender progresivamente, avistando la localidad de Baillo, de la que parten otras rutas que podremos enlazar. Entramos por el sur a esta localidad, apareciendo prados y huertas en la vega del Eria, y todavía algún viejo molino en sus orillas. Tranquilidad y silencio son acompañados por la sonoridad del agua.
El matorral, ¿amigos o enemigos tapizando La Cabrera?
Gran parte del paisaje de Truchas está dominado por los matorrales, extensas superficies ocupadas por una vegetación que normalmente apenas levanta varios palmos del suelo, pero que en ocasiones adquiere un desarrollo en altura de incluso varios metros. Estos terrenos, que antaño fueron en su mayor parte robledales, pasaron a ser pastos y centenos, y ahora se cierran en tupidas formaciones de escobas, brezos y carqueixas. Entre Truchas y Baillo serán la vegetación dominante, cobrando un esplendor destacado durante la primavera, con la multicolor floración de las laderas.
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